Ayer le contaba a mi hija qué era eso del servicio militar obligatorio. Algo que su generación ni conoce. Le hablaba de mi experiencia personal. Le decía:
Yo no quería hacer la colimba. (Aquí tuve que explicarle que se le llamaba así en Argentina, por eso de “COrre, LIMpia, BArre”)
Cuando llegó el sorteo yo estaba convencido que sacaría numero bajo y me libraría. Saque el 502, ejército de tierra…. (Tuve que explicarle este proceso numérico, mediante el cual se definía si uno iría a ejército de tierra, armada, marina, o a su casa feliz por quedar exento)
Y llegó la revisión médica en noviembre del 82. Allí mis posibilidades pasaban por la miopía que tenia, que era mucha. Pero eso había que hacer que se notara.
Así que unas semanas antes, fui a la óptica y les pedí que me hicieran unas gafas con los cristales lo más gruesos que pudieran. Cuando fui a buscarlas y me las probé….eran horrorosas. En la óptica pregunté si no venía de regalo un baston blanco.
Y así me presenté. Evidentemente, me mandaron al oculista del cuartel. Allí, luego de la revisión, un sargento me miró y me soltó una arenga de Malvinas diciéndome que si sabía que al año siguiente las íbamos a recuperar. Y a continuación me preguntó si yo quería hacer el servicio militar. Difícil respuesta. Si decía que no, entonces era que sí por antipatriota. Si decía que sí, lo hacía por patriota boludo. Se me ocurrió contar una historia de que, no era que no quisiera, pero que tenía que trabajar para ayudar a mi familia, que estaba pasando problemas económicos etc. etc., a la vez que ponía carita del gato de Shrek.
No sé qué pensó el sargento, pero no me dijo nada, y me mandó a una fila a esperar. En esa fila había un par con síndrome de Down. Uno que le temblaba hasta el pelo, otro que iba en silla de ruedas… en fin, empecé a preocuparme. O lo había hecho muy bien, o realmente yo estaba hecho mierda y no me había enterado.
Finalmente me llamaron y me devolvieron el DNI y me dijo el oficial “ITS, no vuelva nunca más”. Lo abro y estaba exento. ITS era inepto todo servicio. Jamás en mi vida me sentí tan feliz de que me dijeran que era un inútil.
Con el tiempo emigré a España. En 1992 adquirí la nacionalidad española. Yo estaba contento, ya que eso me abría puertas a nivel laboral, hasta que llegó una carta certificada del ministerio del interior de España. Me comunicaban que, al ser español, debía incorporarme a filas, con 28 años!!!.
Tuve que pedir documentos al ejército argentino, que certificaran el cumplimiento de mis obligaciones militares en Argentina y en virtud de convenios internacionales finalmente lo pude arreglar, pasados un par de meses.
Pero las semanas que pasé temiendo lo peor fueron tremendas.
Mi hija se reía mucho con esta historia, aunque creo que interiormente pensaba que le hablaba del jurásico. Y yo pensaba que me estoy haciendo viejo….
Hermoso relato.Qué historias Guille! zafaste!
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muy buena historia!! sos argentino como hernan casciari.Vivis en España como lo hizo él. Extrañas? o te volverias como hernan? mas que un comentario son una serie de preguntas jaja
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Hola Marcelo. Me alegro que disfrutes con mi historia.
Un emigrante suele estar partido entre su lugar de origen y su lugar de residencia. Siempre se extrañan cosas, pero si volviera a vivir a Buenos Aires extrañaría cosas de Madrid. En mi caso, soy feliz viviendo en aquí. No creo que vuelva a Buenos Aires de forma permanente, aunque cada vez que voy allí lo disfruto mucho.
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Hola Primo, yo también pasé por la Revisión Médica del Servicio Militar, Distrito Militar San Martín, bastante antes que vos porque soy clase 53 aunque me presenté con prórroga por estudio y terminé con la clase 58, fue cuando se pasó de 20 años a 18. Zafé gracias a que usaba anteojos y a una carta de un gremialista vecino del barrio donde contaba mi “situación de hijo sostén de madre viuda”. Resultando DAF incorporable: Deficiente Aptitud Física. Nunca más pisé un cuartel.
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