Algunas veces dudo, si alguno de los rasgos de mi personalidad, son una virtud o un defecto. Es probable que sean las dos cosas o quizás ninguna de ellas. Todo depende del momento y la circunstancia.
Uno de ellos es mi costumbre de decir claramente lo que pienso. En algunas ocasiones, creo que es lo mejor. Pero hay otras, en las que un minuto después, pienso que he hablado de más, y que me tendría que haber mantenido en silencio.

Son esas veces, en las que un inocente comentario, llega a molestar a nuestro interlocutor y lo intento arreglar, pero lo empeoro. Sé que no soy el único. Muchos de los que me lean, seguramente han tenido algún momento así. A muchos les habrá pasado alguna vez algo como, por ejemplo, dar la enhorabuena por el embarazo a una mujer que ganó unos kilos, o decirle “que sigas bien” a quien te acaba de contar su tratamiento de quimioterapia. Por suerte, con los años creo que voy aprendiendo y dosificando estos momentos, en los que voy “haciendo amigos”.
Ayer recordaba uno de esos días memorables.
Hacía muchos años que había oído hablar de la empresa Fórum Filatélico, que ofrecía a sus inversores, una rentabilidad muy superior a la de un banco. Su estructura de inversión para generar tales beneficios, se basaba en invertir en la compra de sellos postales y su futura revalorización.

Como ya he contado hace un tiempo, colecciono sellos postales desde pequeño. La filatelia y su mayor o menor valor, se basa en las rarezas. En muchas ocasiones, provienen de errores de impresión, más comunes en el siglo pasado, o bien en la escasez de un determinado sello. Comprar un sello nuevo hoy, no garantiza que dentro de unos años sea valioso. Por eso, este tema me olía mal desde siempre. Es como invertir en la academia de pintura de mi barrio, porque las pinturas de los chavales serán muy valiosas dentro de unos años, cuando ellos sean pintores famosos. Esto no funciona así. El arte y el coleccionismo se rigen por otras normas.
Alguna vez me ofrecieron invertir, asegurándome que era una oportunidad que solo se ofrecía a amigos. Siempre rechacé el ofrecimiento, por ese tufillo raro que presentía.
Finalmente, en el año 2006 se destapó el pastel y Fórum filatélico se convirtió en una de las estafas piramidales más grandes de España, dejando sin ahorros a miles de personas.
En la semana en que fue portada de los periódicos de España, yo estaba en una convención de distribuidores de Telefonía en Barcelona. El último día nos encontramos siete distribuidores en el lobby del hotel. Y nos pusimos a hablar de nuestros problemas comunes, y de lo que nos habían contado en las reuniones de trabajo.
Un tema llevó a otro y alguien comentó lo de Fórum filatélico.
Como me parecía algo tan evidente, me vine arriba y sin ningún filtro solté la frase “no entiendo como hubo gente que ha sido tan tonta, en invertir en algo así, que se veía de lejos que era una estafa”
Leí en algún sitio, que en una conversación, la incomodidad empieza a partir del cuarto segundo de silencio. Aquí fueron más de seis segundos, acompañados de caras extrañas. Al tercer segundo, me di cuenta que había hablado de más…
Finalmente, Javier rompió el hielo, y comentó: Yo tenía unos diez mil euros invertidos allí. A continuación, escuché varios comentarios similares, en los que se incluían algunas justificaciones del tipo: mi hermano me lo recomendó. Mi primo trabaja allí. Etc.
Al cabo de un par de minutos, cuatro de los seis que tenía alrededor confesaron sus pérdidas. De los otros dos nunca sabré si fueron discretos o no habían perdido nada.
Acababa de llamar tontos (o algo más fuerte seguramente) a, por lo menos, cuatro de mi alrededor, Por lo que intenté arreglarlo con alguna frase poco creíble como: “A cualquiera le puede pasar… “Que barbaridad…” “Como no está regulado esto… “etc.
Pero ya no tenía arreglo. Por suerte creo que ninguno de ellos me guardó rencor. Por lo menos seguimos viéndonos mucho tiempo.
Voy aprendiendo con los años, y cada vez me pasa menos, pero de vez en cuando tengo algún episodio de estos. Lo bueno que me genera unas divertidas anécdotas.
Me he identificado mucho con tu relato Guillermo. A veces, también hablo demasiado. Durante mi niñez y juventud coleccioné sellos y postales antiguas, pero con tantas mudanzas he perdido casi todo. Un saludo.
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A veces, la espontaneidad es generadora de momentos incómodos, pero que se convierten en anécdotas divertidas. Un saludo.
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Así es Guillermo. Un saludo.
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¡Verdad! En estos casos, intentar arreglar solo empeora.
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Así es. Mejor no intentarlo.
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Creo que a todos nos ha pasado algo similar más de una vez en la vida, lo bueno es que cada vez te vas dando cuenta, y con el paso de los años aprendes a reprimir ese impulso, porque el aviso suena con más tiempo.
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Con los años, controlamos el impulso. saludos.
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Para eso hay un refrán que dice: «Somos dueños de nuestros silencios y esclavos de nuestras palabras» y es absolutamente cierto. Yo tampoco me he librado de esas metidas de pata, pero con los años uno se vuelve -por fortuna- más reflexivo. Un abrazo Guillermo.
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Suele pasar con frecuencia, en ambientes distendidos, porque uno se suelta mas. Creo que no conozco a nadie que no le haya pasado un momento de estos. Saludos
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A todos nos ocurre alguna vez. A mí también me ha pasado porque, a veces, la espontaneidad es lo que tiene.
Conozco el tema porque tengo dos amigos que les pasó. Invirtieron y les estafaron. A mí me comentaron también la idea de invertir, pero me pasó lo que a ti que lo veía demasiado fácil. Y todavía hoy siguen sin recuperar todo lo invertido. Gracias por compartir. Un abrazo.
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Efectivamente. Es raro aquel no haya pasado por un trance similar. Aunque algunos repetimos muchas veces, jajaja. Un saludo
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Compartimos «don» y creo que, para lo bueno y para lo malo, lo conservo a pesar de los años. Alguna persona cercana también fue estafada… Un saludo!
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Una vez más nos llevas a historias cotidianas en las que nos sentimos identificados en más o en menos con situaciones que vivimos. 👏👏👏👏
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Gracias Marcelo. Disfruta del mundial. Saludos.
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Abrazo
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Jeje, te entiendo, es dificil pensar antes de hablar, de manera de «cuidarnos» de la posibilidad, aunque remota, de ofender o incomodar a los demas. Y la verdad, hoy en dia, con el diario del lunes, me resulta tambien poco creible lo del forum de los sellos… Pero confieso que safe muy bien de estafas piramidales gracias a amigos que me abrieron los ojos, ya que es muy muy facil caer, ojo con los engaños! Te cuento que recorde algo que le comente a un amigo en un grupo de amigos de facultad, pero que recuerdo como si fuera hoy. Yo sabia que su padre era politico, era diputado, y no se como salio el tema de la politica en la conversacion grupal, y yo, no se porque, tal vez para decir algo y quedar bien, probablemente, le comente que el partido de su padre, el partido «x» era el mejor, al contrario del partido «z» que eran unos corruptos desde siempre, y que eso me lo habia enseñado mi familia. Y resulta que el muchacho me escucho atentamente hasta que pare de hablar, y luego solo me dijo: «mi padre es del partido «z», cuando quieras hablamos de politica y te aclaro un par de cosas». Y a mi se me cayo la cara de vergüenza, no sabia donde meterme, ni como arreglar la situacion. La verdad este muchacho tenia un temple de acero, pues no se inmuto para nada, ni se enojo, al contrario, lo tomo como una simple «ignorancia politica» de mi parte, lo cual tal vez fuera cierto, jaja. En fin… cuantas de estas «metidas de pata» quedan para el recuerdo… Excelente relato, gracias por compartirlo.
Abrazo!
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Mi padre siempre decía que había que evitar hablar de política y religión para no tener conflictos. Que razón tenia…
Un abrazo.
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Ah si, eso siempre me lo han dicho, en la mesa ni de politica ni de religion, jeje, eso te salva de muchas metidas de pata, sin duda!
Otro abrazo!
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Efectivamente, ¿A quién no le ha pasado? jajaja Tengo que reconocer que yo sigo con esa espontaneidad… Un abrazo Guillermo.
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no pierdas esa espontaneidad. Te dará problemas a veces, pero también muchas alegrías. Un abrazo
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¡Qué bueno!
Ostras… pues no tengo yo meteduras de pata de esas. No me explayo porque podría llenarte páginas y páginas 😂😂😂
Yo creo que nos viene de serie en las personas sinceramente impulsivas, lo bueno que tenemos es que lo hacemos sin maldad alguna y se nos perdona. Pero claro, la vergüenza que pasa uno no se va así como así.
Beso 🎈
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Totalmente de acuerdo. Somos impulsivos y por eso nos pasa. Pero nunca con maldad. Un beso.
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Pues a mi me encanta la gente sana que dice lo que piensa sin reparos, me da confianza. También me siento identificada y es verdad que a veces me he sentido mal por esos arranques de sinceridad de los de, hablar antes de pensar 🤷 😅
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Es verdad que se agradece la naturalidad de los que dicen lo que piensan, pero a veces nos metemos en líos. jajaja. Un saludo
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